Simón Bolívar, El Libertador

La pérdida de Puerto Cabello. La entrega de Francisco de Miranda. La Proclama de Guerra a Muerte. El fusilamiento de Piar. El dictador.

A Simón Bolívar lo arropa la leyenda dorada del culto que fue construido en torno a su imagen, pero nada lo salva de la “leyenda negra” por errores o por las decisiones polémicas que tomó y que costaron vidas y plazas. 

Tal vez una de las más sonadas es la entrega de Francisco de Miranda, en 1812, porque puso al Generalísimo en las manos de sus enemigos. Pero el fusilamiento de Manuel Piar, en 1817, tampoco se queda atrás en cuanto a reproches y cuestionamientos. 

Y hay más: la pérdida del castillo de Puerto Cabello, la Proclama de Guerra Muerte, los poderes absolutos. Son, al menos, cinco los episodios polémicos que tuvieron al Padre de la Patria como protagonista.


1) Pérdida del Castillo de Puerto Cabello
En julio de 1812 el coronel Simón Bolívar perdió el Castillo de Puerto Cabello. En una carta que envió a Francisco de Miranda, jefe militar de la república, Bolívar admite lo sucedido: “Después de haber agotado todas mis fuerzas físicas y morales ¿con qué valor me atreveré a tomar la pluma para escribir a Ud. habiéndose perdido en mis manos la plaza de Puerto Cabello?”.
El otro puerto importante, el de La Guaira, estaba en manos de los españoles. “Y de ese error militar pasa a un error político, que fue la entrega del comandante en jefe: Francisco de Miranda”, dictamina.
En el primer encuentro de una guerra sin soportes materiales ni tropas formadas cualquier cosa puede suceder, especialmente cualquier mala cosa. Una fortaleza con material de guerra muy importante y con prisioneros realistas es demasiado encargo para quien sabe de batallas lo que ha aprendido de prisa en una Academia dentro de cuyas aulas no es de los mejores estudiantes”.
El 27 de abril de 1812 el entonces coronel Simón Bolívar y Palacios recibe su primera gran responsabilidad como oficial de los ejércitos patriotas, cuando se le asigna el cargo de comandante de Puerto Cabello, estratégica plaza de la costa central venezolana, donde se encontraba el Castillo de San Felipe, sede del principal arsenal de la República.

2) Entrega de Francisco de Miranda a los españoles
Francisco de Miranda, al ser entregado por Simón Bolívar a los españoles, debe haber sentido el desconcierto de quien es abandonado por sus propios compañeros. Posiblemente, entre las fuerzas patriotas se percibía a Miranda como un traidor, porque capituló ante el imperio español representado por Domingo Monteverde. Así se perdió la Primera República.
“A Bolívar, justamente por no conocer las reglas de la guerra, no le cabe en la cabeza la idea de la capitulación. Miranda. Pero también hay que decir que Monteverde no respetó los términos de la capitulación, lo que enardeció a los patriotas. 
Sebastián Francisco de Miranda Rodríguez, nació en Caracas el 28 de marzo de 1750. Fue “El Precursor de la “Emancipación Americana” y “El Primer Venezolano Universal”, además fue partícipe de la Independencia Venezuela, siendo líder del Bando Patriota.
3) Proclama de Guerra a Muerte
En 1813, durante la Campaña Admirable, Simón Bolívar lanzó la Proclama de Guerra a Muerte: “Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de Venezuela. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables”.
La Guerra de Independencia en Venezuela “fue particularmente encarnizada”. Mas el anuncio de que españoles y canarios contarían con la muerte “no tuvo un efecto positivo para la causa patriota”, porque el pueblo se fue con los realistas”.
“Por ejemplo, solo en 24 horas, como consecuencia de la Proclama, son pasados por las armas en La Guaira 800 prisioneros realistas y también los enfermos del hospital militar del lugar. ¿Por qué? La razón es evidente: la sustitución del régimen fundacional por el poder personal ilimitado.


Firma de la Proclama de Guerra a Muerte, el 15 de Julio de 1813. Se resume en su último párrafo, que dice así: “Españoles y canarios, contad con la muerte, aún siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de la América; americanos, contad con la vida, aún cuando seáis culpables”.
4) Fusilamiento de Manuel Piar
“A la caída del sol, toda Angostura sabía, con excepción del acusado, que Manuel Piar, General en Jefe de los Ejércitos de la República, sería ejecutado al siguiente día, a las cinco en punto de la tarde”, escribe el psiquiatra venezolano Francisco Herrera Lique en su famoso libro “Manuel Piar, caudillo de dos colores”. El crimen se concretó el 16 de octubre de 1817 en la Plaza Mayor de Angostura. No se trataba de un militar realista, sino de una de las glorias republicanas en el campo de batalla. ¿Por qué Bolívar aupó, permitió el fusilamiento de Piar?
Es una decisión que tuvo un costo político grande,pero para llevar adelante la guerra tiene que haber un solo jefe, y Bolívar tiene que decidir: es Piar o yo, y decidió que era él. No podía haber dos jefes militares con el mismo liderazgo. El hecho es que Piar tiene ascendente sobre la tropa, y Bolívar,  recalca que debe haber una autoridad central”.
Piar es un general triunfante, con más laureles bélicos que los pocos que ha cosechado Bolívar hasta la fecha, si es que alguno puede mostrar ante el héroe de la campaña de Guayana. Piar es, además, un individuo carismático, que proviene de la temida pardocracia, un fragmento de la población que se hace sentir con mayor énfasis como factor político.
Para el año de 1817, se vive una rivalidad encarnizada entre los comandos republicanos y solo la puede ganar el más audaz, o el más cruel.  

El 16 de octubre de 1817, fue fusilado en la Plaza Mayor de Angostura, hoy Ciudad Bolívar, el General Manuel María Francisco Piar, en cumplimiento de la sentencia del Consejo de Guerra y la confirmación de Simón Bolívar.
5) Bolívar, el gran dictador
En 1824 Simón Bolívar fue nombrado dictador de Perú. Cuando se habla de dictadura en ese momento se trata de que haya una sola autoridad, porque la dinámica no podía ser de otra manera. Bolívar tenía que asumir plenos poderes.
Fuente: Contrapunto